miércoles, 29 de septiembre de 2010

Un pueblo minero...


La mitología y la historia nos hablan repetidas veces de hermanos que se matan vengando engaños y traiciones. En "Sierras Bayas" nos contaron que también allí sucedieron cosas similares. Nos contó Sergio, uno de los dueños de "Rincón Soñado", que en ese lugar de la Provincia de Buenos Aires, los integrantes de la tribu Catriel ajusticiaron a un hermano traidor que los delató a los milicos.
Nos contó Sergio, un rato antes de llevarnos a recorrer el Pueblo, las primeras casas y la cantera, que en "Sierras Bayas" vivió una hija del cacique Catriel, aquél que peleó contra el General Mitre. Que les cedieron un pedazo de tierra después de liberarlo de la prisión de Martín García.
En el predio de "Rincón Soñado", pintorescas cabañas con vista al valle, se erigía parte del rancho de Matilde, una construcción de piedra y paja que resguardaba bien de la lluvia. Quedaron algunas piedras de esa vivienda y los Scouts de la zona armaron un rancho a modo de recuerdo y homenaje.

El lugar donde estaba el rancho de Matilde es actualmente un hermoso jardín. Se respira en él una mística muy especial, aires de historia con la energía de los verdaderos dueños de esa tierra.
Lugar catrielero "Sierras Bayas" y minero también, debido a la instalación de la cementera "Portland". Actualmente se explotan piedras dolomitas.
Actividades pueblerinas. La "Fiesta del chorizo serrano" nos recibió amigable y sabrosamente con choripanes de diversos gustos, música en vivo y baile para juntar fondos para la "Fiesta de Reyes". Todos los cinco de Enero, los vecinos organizan la llegada de los Reyes que bajan por una calle del pueblo con destino de fantasía, inocencia y alegría.
Sierras Bayas está ubicado entre Azul y Olavarria, por la Ruta Nacional Nro.226 a unos 360 Km de Buenos Aires.
Ideal para miniturismo. No es muy conocido, es más nosotros llegamos por casualidad, una recomendación, como se suele decir el boca a boca.
Luego de googlear donde poder hospedarnos arreglamos telefónicamente con Claudia, otra dueña de "Rincon Soñado", y así llegamos sin saber a ciencia cierta con qué nos íbamos a encontrar.
El lugar superó ampliamente nuestra expectativa. La cabaña no sólo era confortable, sino que contaba con detalles artesanales que hacen sentir que hay amor y cariño puestos en ellos. Por ejemplo la cocina esta separada por una barra que tiene de pie una rueda de carreta.

Por supuesto estaba a nuestra disposición un variedad de té, café y budín casero para el desayuno.
Sin embargo lo mas lindo es el cuidado que sus propietarios han tenido por mantener la estructura original del lugar, el patio interno con su añosa glicina en donde confluyen las cabañas....
y la vista increíble que hay desde el tanque australiano que en verano será el placer de muchos.

Claro está que se ha utilizado piedra de la zona y adornos tipicos de la minería. También proyectan convertir un vagon de tren en un restaurant.

Como siempre los lugares impresionan mejor o peor, según como lo pase uno y nos tocaron dos días a pleno sol, con una maravillosa luna llena y una sensación de paz difícil de trasmitir.

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